THE HUNTING

Año. 2021
Duración: 93 min.
País: Estados Unidos 
Dirección: Mark Andrew Hamer
Guion: Mark Andrew Hamer, Heather Ryan, Terrance Ryan
Reparto: Angela Cole, Alan Tuskes, Heidi Azaro, Joelle Westwood, Keith Migra, Daniel Repas, Peyton Hillis, Billy Grimm, Paige Neuenschwander, Ron Marnich 








Si algo he aprendido después de tantos años es que se debe de tener mucha cautela cuando una película de bajo presupuesto tiene un póster promocional espectacular debido a que muy probablemente sea lo único bueno de esta. Evidentemente se trata de una de estrategia de marketing básica para ayudar a que el proyecto pueda generar mayor interés y ciertamente con The Hunting se logró dicho cometido, aunque es una lástima que ese esfuerzo no se vea en todo lo demás.

Cuando una misteriosa criatura deja un cuerpo mutilado en el bosque, un detective de un pequeño pueblo conservador tendrá que buscar ayuda de una especialista en vida salvaje para revelar la perturbadora verdad que amenaza a su comunidad.

Ya que lo que nos trae Mark Andrew Hamer es una supuesta historia de hombres lobo en la que, bueno… prácticamente no hay hombres lobo. De hecho, más bien se tendría que decir que se trata de una historia sobre el trastorno de estrés postraumático en la que por mera causalidad hay un hombre lobo rondando por ahí.

Y es que, quitando una sombra al inicio, durante la primera hora este brilla por su ausencia gracias a que todo se centra en un ex militar/detective con dicho trastorno mientras realiza a una larga y tediosa investigación con la que se habla de leyendas y mitos locales para tratar de añadir un poco más de sustancia a algo que evidentemente no la tiene. Esto mientras se nos recuerda seguido que dicho detective sufre de estrés postraumático por medio de flashbacks que no aportan nada, olvidándose por completo de construir situaciones que generen una sensación de peligro latente para los habitantes del pueblo o al menos una atmósfera adecuada que acentué el riesgo para los protagonistas.

Realmente así es toda la película y por lo consiguiente no hay demasiado que analizar hasta que se llega a una parte final en la que el hombre lobo aparece solo por cinco minutos, los cuales son por mucho los de mayor dinamismo y te hacen recordar a algunas series de televisión de los 90s u 00s gracias a la peculiar caracterización. Aunque este ínfimo momento de cuestionable frescura termina perdiéndose cuando se utiliza un recurso para tratar de añadir sorpresa durante el desenlace que no solo se siente como algo sumamente barato, sino que además hace que todo lo que viste previamente resulte todavía más irrelevante.

Las actuaciones son bastante malas, con un protagonista robótico y una Joelle Westwood (Maggie) que no tiene mucho con qué trabajar. En cuanto a producción se nota el bajo presupuesto: el trabajo de fotografía no está mal, la dirección de arte es discreta, el score no destaca, el trabajo de sonido es bueno, los efectos simples y la labor de maquillaje te provoca más risas que otra cosa.

Un consejo, no la veais.