EL NIÑO GUSANO

GUION: Hideshi Hino
DIBUJO: Hideshi Hino
FORMATO: Rústica. 13 x 18 cm. 212 páginas. B/N
PRECIO: 11,50€
EDITORIAL: La Cúpula. 2022










Evidentemente para un fan del terror como yo, los comics de este género son me mis favoritos y últimamente estoy de enhorabuena, ya que aunque siempre se ha ido publicando en nuestro país, últimamente ha habido un pequeño boom, tanto en manga sobretodo de la mano de ECC y La Cupula, como la línea    comic americano de la mano de Joe Hill. Esto se puede ver multiplicado según vaya la recepción de la serie de anime de terror de  Junji Ito que se estrenara próximamente en Netflix. Hoy os hablo de la última reedición de El niño Gusano de Hideshi Hino
públicada originalmente en 1975


El niño gusano nos cuenta la historia de Sampei Hinomoto, un niño distinto de los demás, poco sociable, introvertido y de aficiones solitarias, el típico niño que es el objetivo de abusones. Podría ser una especie de Peter Parker si no fuera porque en Japón ser un empollón con buenas notas es signo de popularidad y éxito, pero tomémoslo como ejemplo de marginado que un día es picado por un bicho singular. Al contrario que su sosías americano, Sampei iniciará una transformación que es un descenso a los infiernos, con más en común con La Metamorfosis o Frankenstein que con Spiderman.

Como bien sabe Hino, asustarnos sirve al fin y al cabo para removernos por dentro y descubrir y mirar en rincones insospechados de nuestra alma, lo cual hace del terror uno de los géneros ideales para hablarnos de nosotros mismos. En el niño gusano, Sampei tan solo es un niño que no encaja en el rígido sistema social donde vive. La férrea competición desde el colegio por ser los más listos, los más fuertes y más populares marca la vida de los japoneses de un modo que no podemos llegar a entender del todo en occidente. Con su humor negro habitual resulta tan gracioso como inquietante el momento en que el hermano mayor de Sampei se queja de sus gritos de agonía porque así no hay quien pueda estudiar o su padre le echa la bronca por poner el suelo perdido convertido en gusano. Hino trata con tal rotundidad y falta de dobleces los límites a los que llegará su familia por mantener las apariencias y aspiraciones que resultan aún más inquietantes, como si fueran la opción que cualquiera tomaría.





Sampei se siente feliz junto a los marginados y abandonados, rodeado de los desechos de la sociedad, de lo que nadie quiere y es ahí donde descubre la verdadera libertad. No sería extraño ver algún tipo de alegoría de lo que es salirse del sistema en Japón, una sociedad mucho más implacable que la occidental con los que no se ajustan al modelo y sobre todo una sátira despiadada a la línea recta aspiracional japonesa, de la falsa meritocracia y las apariencias. Pero amigos, esto es terror y es Hideshi Hino y aquí no va la cosa de buenos y malos, porque El niño gusano también explora nuestra rabia y violencia interiores, que acecha dentro de nosotros incluso al margen de la sociedad. Libres de reglas y presiones sociales, los seres humanos no dejamos de ser seres humanos y la sociedad no deja de provenir de nosotros mismos y nuestras imperfecciones y mezquindades. Hideshi Hino no parece especialmente piadoso ni optimista con el espíritu humano. Lo que en un momento parece un canto a la libertad y a la ruptura con la tiranía de las reglas y el sistema se termina convirtiendo en algo mucho más oscuro.
Las esquinas oscuras de la condición humana de las que habla El niño gusano estaban ahí en 1975 y siguen ahí ahora y es por eso por lo que esta obra no envejece y edición tras edición seguirá removiendo esos rincones en todos aquellos que descubran la obra.